sábado, 8 de diciembre de 2012

 ¡ABRIENDO PASO AL APRENDIZAJE AUTÓNOMO¡

                                                                                                                                                DR.DOMINGO RAMIREZ GARCIA                                         
                                                                                                                         DICIEMBRE DEL 2012

El siguiente texto es  un  producto reflexivo del segundo  tema  abordado  en  el  taller  de  Reforma curricular en el marco del proceso de transformación de la educación normal, dirigido a docentes de este nivel educativo.

A lo largo de la historia de la pedagogía, la constante se ha dirigido a la búsqueda de estrategias y las mejores formas que permitan  al  estudiante lograr aprender de forma consciente y reflexiva, crítica y analítica; sin embargo, los resultados  hasta hoy, por lo menos en la mayor parte de los estudiantes de nuestro país, no se ha logrado movilizar  este  tipo  de  ejercicio cognitivo; por ello se ha acudido casi desesperadamente a nuevos modelos pedagógicos que tiendan a favorecer este tipo de aprendizaje.

Me referiré entonces a un tipo de recurso personal que es elegido por el estudiante como una tabla de salvación, - el aprendizaje autónomo.

El aprendizaje autónomo es la manera de cómo el estudiante aprende y construye su conocimiento de forma voluntaria  y  personal. La idea es que aprenda por sí mismo, provocando que en la medida que resuelva tareas en el  proceso  de  aprendizaje, reconozca  cómo aprende y para qué aprende, de modo que conscientemente pueda ir adquiriendo y desarrollando  saberes  y  habilidades que le permitan ser competente.  Desde  la  perspectiva  de  Rué  (2009)  “las instituciones destinadas a la  formación y el desarrollo  del  conocimiento,  su  reproducción  y  su  generación,  modificarán  su   organización, funcionamiento y formas de trabajo actuales”. Esto no implica que  el  profesor  deje  de  enseñar, en definitivo; sin embargo, se colocará como un intermediario entre  el  conocimiento  y  el  alumno, es decir, alguien con el suficiente carácter pedagógico que esté cerca de él para tutorarlo, acompañarlo y guiarlo, proponiendo y motivando permanentemente la búsqueda, selección y  uso  de  información teórica y aquellas experiencias prácticas que lo construyan. Si bien es cierto que, aunque  no  es una nueva forma educativa para aprender, sí permite que se potencie intelectualmente al estudiante, y que requiere  un  rompimiento  de  paradigmas  en  el profesor  sobre  las  concepciones  que  tiene de la enseñanza, y que se demuestran por las prácticas docentes que prevalecen actualmente, quizás una justificación sea a la manera de cómo fueron formados en la docencia.

En muchos centros educativos del país todavía hay vestigios de prácticas docentes  tradicionales, que no dan paso al desarrollo de aprendizajes significativos, es decir, no se podido trasladar al estudiante a un modelo de aprendizaje que le permita aprender a aprender; lo  anterior,  conlleva  a  resultados que desde  la intencionalidad  del docente  no  aparecen  como  tal, ya que inicialmente  se   propone   que el alumno  aprenda;  ante esta cuestión habría que interrogarse ¿Qué quiero que mi alumno  aprenda?, lo que enseño ¿es de interés para él provocándole que desee aprenderlo?  ¿Transmito  conocimientos o propongo nuevos ambientes generadores de aprendizajes?.

Esta “nueva” forma de aprender a partir del aprendizaje autónomo, provoca muchas incertidumbres en la mayoría de  los  docentes  del  nivel básico,  ya  que  aún  continúan  dirigiendo  la  enseñanza verticalmente, aunque también en algunos docentes del nivel superior, que aunque conscientemente valoran  los  alcances  que  se  puede obtener, existe la resistencia para renovarse y apropiarse de la identidad que requiere la sociedad acerca del nuevo docente del siglo XXI. Como docentes cada día debemos comprometernos con la formación para hacer de ella un proceso dinámico, ágil, y exitoso.

lunes, 21 de marzo de 2011

CONOCIMIENTO Y EXPERIENCIA DOCENTE: Reflexionando la docencia, para ofrecer verdader...

CONOCIMIENTO Y EXPERIENCIA DOCENTE: Reflexionando la docencia, para ofrecer verdader...:

REFLEXIÓN SOBRE LA AUSENCIA PEDAGÓGICA DEL PROFESORADO EN LA EDUCACIÓN PARA FAVORECER APRENDIZAJES EN LOS ALUMNOS.

El posicionamiento de la sociedad del conocimiento y de la información en el contexto mundial, representa hoy un nuevo paradigma a la que hay que dirigir la mirada para descifrar las formas de cómo atender a este tipo de sociedad actual. Con ello, las exigencias en el sujeto contemporáneo, debido a la vertiginosidad con la que avanza y se desarrolla la tecnología, el uso y manejo de la información y la teorización, requiere específicamente en el ámbito educativo de un profesor que esté, sino a la par de este fenómeno social, por lo menos con una actitud incluyente que le permita en primer lugar reconocerse como un sujeto que aprende y que desea apropiarse del conocimiento, en segundo lugar que ponga en práctica las habilidades cognitivas adquiridas en el proceso formativo y aquellas que le proporciona la experiencia docente y en tercer lugar que contagie a otros a ser diferentes. Esta mirada al docente, representa un imaginario ideal que dista mucho de lo poco que actualmente realiza en el aula. No se puede negar que hay muchos factores que han propiciado que el desempeño en los alumnos sean bajos y por consecuencia, los resultados educativos que ha obtenido México en estos últimos años sean malos.

Las evaluaciones aplicadas por las instituciones de evaluación; Seneval, prueba enlace y Pisa, entre otras, las cuales son las encargadas de poner de manifiesto el desempeño de los docentes y alumnos sobre lo que se hace en las aulas en los diferentes niveles educativos así lo han revelado. Los resultados han arrojado que la educación en México se encuentra en los últimos lugares a nivel mundial desde hace ya varios años. Según informe de la OCDE Cuba y Argentina, en ese orden, lideran los sistemas educativos en Latinoamérica en el nivel primaria; aunque Chile no es miembro de la OCDE, se encuentra incluido en el estudio de dicha organización como nación asociada a la prueba PISA y destacada por tener mejores logros que México, tanto en nivel superior como en desempeño educativo general. Llama también la atención que Finlandia, un país pequeño desde hace varios años ha ocupado el primer lugar con la mejor educación a nivel internacional, pero también sorprende que, sea el profesor y el rol que desempeña lo que en su mayor parte ha permitido este gran logro.

Con relación a este respecto, según la bella fórmula de Philippe Meirieu [1996], el profesor debería hacer importantes cambios de identidad en la enseñanza, ante lo cual hago mención dos que a mi parecer hay que considerar.

  1. Reconstruir una relación con el saber menos encerrada en una jerarquía que va del saber erudito desencarnado, a los saberes sin nombre salidos de la experiencia, es decir, comprender que los saberes siempre se anclan, en última instancia, en la acción.
  2. Despedirse del dominio de la organización de los conocimientos en la inteligencia de alumno. Es decir, reconocer las posibilidades de los alumnos, para iniciar el aprendizje.

Estas dos movilizaciones planteadas anteriormente, sugieren un tipo de profesor posicionado en la realidad contextual con una mentalidad nueva, es decir, un sujeto que pretende construir conocimientos a partir de la acción misma, de la articulación entre el saber y el hacer (teoría-práctica) y en el mismo sentido, reconocer que el alumno ya no es el mismo de hace varias décadas, que todo lo esperaba del profesor y su dependencia de él era total; hoy con la incorporación de la tecnología a la educación se ha privilegiado el aprendizaje de éstos, hay más posibilidades para incursionar en otros ambientes de aprendizaje y con ello favorecer a los alumnos en la forma como aprenden.

Sin embargo, algo que es muy claro y que no hay necesidad de demostrar, es que aún hay inercias en el sujeto (docente) que no le favorecen a ser mejores y hacer que su práctica trascienda.

Dentro de algunas situaciones que desfavorecen la progresión de los aprendizajes, ubico en primer lugar a la Comodidad intelectual, como un problema de la inercia, debido a que es una consecuencia de no situarse frente a la realidad para reflexionarla y analizarla con una disposición crítica. Es decir, la mayoría de los docentes de todos los niveles educativos, se colocan frente a la realidad pero de forma determinada, “segura” y con ello limitada, para permanecer dentro de un mundo que los contiene. Esto lleva a buscar la seguridad en lo determinado, por eso siempre se busca límites (seguridad). La realidad es indeterminada, “develar la realidad no siempre es satisfactorio”, ya que en este descubrimiento de máscaras siempre habrá algo que incomode, mayormente si se trata de lo que hacemos o generamos como docentes.

En segundo lugar, el conformismo profesional, que como impedimento no permite avanzar en el descubrimiento del conocimiento. Una parte obedece a la poca motivación que existe a la profesionalización, de modo que no se cuente con las herramientas epistémicas que brinden la posibilidad de enfrentar y resolver los problemas mediante el conocimiento, y lo otro, es no poner en acción la mente para percibir las anomalías de la realidad a partir del paradigma racional, es decir, desde la subjetividad del sujeto; esto supone cuestionar siempre con preguntas nuevas al conocimiento, como producto de lo que se sabe y lo que se desea conocer.

Esto es en parte lo que no hacen los docentes, casi no se dedica un tiempo para cuestionar y reflexionar lo que se hace en el aula, y si en su minoría algunos docentes logran llegar hasta esta parte, por llamarlo así, se hace de manera superficial e ínfima. Por ello, es necesario, hacer énfasis en lo siguiente como una posibilidad de reflexionar, entender y mejorar la tarea diaria del docente.

La reflexión en la acción:

Para abordar esta parte, me gustaría recuperar nuevamente una frase de Mouriu, en la entrevista que le hiciera Casalt, Judith (2007), “es responsabilidad de educador provocar el deseo de aprender”. Esta expresión deja en claro que, uno de los actores educativos que puede favorecer el aprendizaje de los niños o quizás detenerla, es el docente. Por ello, reflexionar la práctica docente se hace necesario, o más bien urgente, ya que “una práctica no reflexionada y sin análisis vislumbra un horizonte desfavorable”.

Ahora bien, ¿Por qué es necesario reflexionar la práctica docente? En lo personal veo dos cuestiones importantes; la primera tiene que ver con que nos permite ser más conscientes de lo que estamos haciendo en el aula, y lo segundo, derivado de lo primero es tomar las decisiones sobre las mejores formas de atender las necesidades de los alumnos; con mayor precisión los problemas que se derivan del proceso de aprendizaje.

Para ir concluyendo, la reflexión es sin lugar a dudas uno de los elementos más relevantes para dar respuestas a los cambios de la sociedad actual, sin embargo esta reflexión no está orientada sólo a "pensar", sino vinculada a aspectos evaluativos y autoevaluativos de la realidad y de nuestro quehacer docente. Pérez Gómez (2007) afirma: “La reflexión implica la inmersión consciente del hombre en el mundo de su experiencia, un mundo cargado de connotaciones, valores, intercambios simbólicos, correspondencias afectivas, intereses sociales y escenarios políticos”. Desde luego en este contexto las "representaciones" de quienes interactúan en este escenario se vuelven un insumo relevante para la comprensión de los fenómenos involucrados en los procesos de prácticas pedagógicas.

Dr. Domingo Ramírez García.

jueves, 5 de agosto de 2010

Reflexionando la docencia, para ofrecer verdaderos ambientes de aprendizaje.

 He tomado solamente unos breves momentos de mi tiempo para poder hacer una reflexión sobre la importancia que reside en la docencia en estos tiempos tan difíles para la vida social, económica, politica, cultural y moral de los paises,  ya que todavia soy uno de aquellos docentes que creo y considero firmemente que es en la educación donde está la clave para la transformación de los sujetos, no para el cambio, puesto que han habido muchos cambios y poco hasta hoy ha cambiado en el ámbito educativo .

En especial en algunos países americanos,  sufrimos   las consecuencias de no contar con verdadereos planes de estudios con curriculum contextualizados, o regionalizados a las características de ciertas comunidades de aprendizaje, y por ende, el fracaso escolar se hace completamente notorio y muchas veces alarmante, cuando se muestran bajos resultados educativos por parte de las instituciones u organismos de evaluación a nivel nacional o internacional.

Reconociendo  que existe esta incongruencia entre el currículum formal(para este caso lo referiré  a los planes y programas educativos) y el currículum real, me parece que el papel que desempeñamos los docentes de todos los niveles educativos es crucial y relevante para esa transformación del acto educativo tan anheladamente soñado desde hace varias décadas en las que conscientemente nos dimos cuenta que el mundo avanza vertiginosamente, y que la ciencia y la tecnología han hecho que la demanda del nuevo hombre se base con características de un conocimiento globalizado,(epistémico, axiológico, incluyente social, y saber hacer uso de las tic´s) en el caso del docente, éste no se aparta  de la misma visión, por lo que es a partir de su formación y de los procesos de actualización que debe acercarse más a estos nuevos esquemas y niveles de conocimiento.

Algo que he considerado como punto de partida para favorecer el proceso de transformación en el ámbito educativo, no visto desde la instrumentación de la política educativa que sería lo más recomendable, sino desde lo que se hace en la cotidianidad  y en la experiencia real, lo abordo en los siguientes tópicos y formas de intervención:


  • La actitud docente. no es posible transformar algo, si el docente no está dispuesto a verse a si mismo, para conocer sus fortalezas y debilidades, e iniciar un proceso que le permita fortalecer las áreas en las que tiene carencias. En este sentido, su actitud positiva lo guiará hacia  hacia la mejora permanente. ( red latinoamericana para la transformación docente 2001). Considero que  esta parte implica desaprender para aprender.
  • La búsqueda y actualización de nuevos conocimientos. esto no es posible sin lo primero, es decir, desde la formación inicial se debe privilegiar esta parte. Influimos se quiera o no los docentes, para que los estudiantes se posicionen verdaderamente como tales, por ello es que las tareas y los roles que realiza el docente son exhaustivas, primero porque tiene que organizarse el proceso de aprendizaje donde incluya formas e ideas para resolver problemas cotidianos y otros no comunes, y por otro lado, motivarlos a la investigación permanente, es decir, a la búsqueda, selección y uso de información, la cual pueda procesarla metacognitivamente. conocer otras teorías globales o de aprendizaje, no basta si no se aprende a  intervenir racionalmente y aplicar la teoría a la práctica. Si logramos desarrollar en los estudiantes una actitud sorprendente hacia lo nuevo y desconocido,  entonces habremos, dado un paso hacia uno de los objetivos de la educación.
  • La actualización permanente. Considero que acceder a otros niveles de conocimientos a partir de la formación y la actualización, permite entender mejor los cambios actuales en el mundo, y sobre todo lo que se desea en la educación. En este sentido, el docente debe estar actualizado para ofrecer mejores propuestas de intervención pedagógica.
Me parece entonces que, la transformación educativa corresponde en parte, a lo que se hace en la escuela, es decir, no se trata de legitimar el curriculum formal, sino de entenderlo, adecuarlo y aplicarlo  en el contexto real en el que se desenvuelve el docente, tomando en cuenta  a  quien vá dirigido el curriculum (incluye estado emocional, nivel socio económico, características culturales, entre otros), para que haya congruencia en lo que se enseña y lo que se aprende( o viéndolo de otra forma, en lo que realmente quieren aprender los alumnos). Con ello no quiero decir que, hay que obviar los planes y programas de estudios, simplemente hay que adecuarlos al contexto. Esto significa trabajo, organizar la enseñanza, planear, etc. pero al fin de cuentas, es lo apasionante de la labor docente, para quien lo ve de esta manera, y ha aprendido a vivir la docencia con sus exigencias y noblezas,  estoy seguro que me dará la razón.Para terminar, me parece que, todo lo anterior debIera centrarse en la parte axiológica del individuo, es decir, hay un valor que yo lo he considerado, trascendental en lo que se hace y cómo se hace, me refiero a la honestidad; ser honesto con lo que se enseña, con el uso del tiempo, con la formación personal, con las relaciones que se gestan dentro y fuera del aula, con la planificación docente, con la evaluación etc. En este sentido, estaremos consientes que lo que se hace tiene que trascender.